Capítulo.5 - “El refugio”
Fría e intensa, sabiendo que controlaba la situación. Así era su mirada. La lluvia, ahora incesante, arrastraba hasta las hojas de las plantas que le mantenían semi-camuflada la seca sangre india que aún revestía su hocico. Era una visión sobrecogedora, pues la mirada de Shelby focalizada en el grupo de cazadores era el punto luminoso en la penumbra que ya comenzaba a dominar el lugar. Brandi, Chazz, Marvin y TJ, permanecían quietos sabedores de que un movimiento brusco podría desencadenar el ataque de un animal que, con esas dimensiones y a solo diez metros, sería casi imposible de detener. Tenían que hacer las cosas muy despacio, y fue el propio Chazz el que comenzó a mover lentamente la mano derecha hacia la parte posterior de su cintura. Shelby le observaba sin inmutarse. Él sacó la pistola de su cartuchera y comenzó a mover la otra mano hasta ocultarla tras la espalda, para así quitar el seguro y amartillar el arma sin llegar a mostrarla ante el animal. Sabía que lo más lógico sería encañonarle con su Weatherby 340, pues con una pistola era muy difícil abatirle, pero quizás le pudiese herir lo suficiente como para persuadirla. Descolgarse el rifle del hombro, prepararlo y disparar, era demasiado tiempo y no tendría la más mínima posibilidad de éxito ante un posible arranque de la osa.
Sonó el “clic” clásico cuando el arma estuvo preparada, pero al mismo tiempo un relámpago iluminó el lugar y Shelby rugió. En apenas esas décimas de segundo de confusión, las ramas se agitaron y Chazz apuntó hacia ellas disparando dos veces tratando de anticiparse a la más que probable embestida del plantígrado, pero esta no llegó a producirse. Los arbustos dejaron de balancearse y la enorme fiera había desaparecido. El lugar donde un par de segundos antes se encontraba acechando, ahora tan solo acogía un oscuro vacío rodeado de vegetación.
- ¿Dónde demonios está? - dijo nervioso Marvin.
- Mantened los ojos bien abiertos, no me fío de ella - habló el rubio de bigote de herradura.
- ¿Ella? - se extrañó TJ - ¿cómo sabes si es macho o hembra? -
- Chazz sabe lo que dice. Es ella, Shelby - intervino Brandi.
- Shelby…- se quedó pensativo TJ, hasta que unos segundos después abrió mucho los ojos y miró a la chica - ¿Aquella osa del circo que salió en las noticias? -
Ella asintió con la cabeza pero sin dejar de mirar tras de sí, al igual que Marvin y Chazz, que pistolas en mano permanecían rígidos oteando la espesura a su alrededor.
- Pero, ¡no puede ser!, ¿cómo sabéis que es ella? -
- Su ojo blanco y esa cicatriz que lo atraviesa - contestó Chazz y mirándole de reojo, masculló entre dientes - y cállate de una puta vez. -
TJ hizo caso y desenfundó su pistola Desert Eagle del calibre 50. Quedaron a la escucha tratando de oír el menor ruido, pero tan solo el sonido de la ya incesante lluvia rompía el silencio reinante en el anochecer de Chugach.
- ¿Qué es ese olor? - susurró Marvin.
- ¿Qué olor? - le preguntó TJ.
- Debe ser el de la tierra húmeda - contestó el cincuentón.
- ¡Mierda! - masculló Brandi con el semblante tenso.
- ¿Qué ocurre? - inquirió Chazz, a lo que Brandi le contestó volviendo la mirada hacia él:
- Que no huele a tierra húmeda, sino a perro mojado. -
En ese instante, otro relámpago barrió el lugar y una enorme sombra se alzó tras el cowboy.
A TJ apenas le dio tiempo a ver el pánico en el rostro de sus amigos, cuando sintió la brutal sacudida acompañada de cuchilladas ardientes que le rasgaron la piel del cuello, lanzándole a una considerable distancia como si fuese un guiñapo.
Alzada sobre sus patas traseras, Shelby, al unísono con el estallido del trueno que seguía a la eléctrica luz natural, rugió con fiereza mirando a Chazz que se había quedado petrificado. Brandi fue la única en reaccionar descerrajándole un disparo al animal que, con un ronco gruñido, se quejó y desapareció rápidamente entre unos arbustos.
Marvin temblaba de pies a cabeza y su pistola yacía en mitad de un charco.
El disparo de Brandi hizo reaccionar a Chazz, que dio un paso adelante y fue hacia los matorrales encañonando su pistola Winchester Magnum buscando al animal para rematarlo, pero ya no quedaba ni rastro de Shelby, tan solo las plantas pisoteadas y tronchadas que había dejado a su paso.
Un lamento quejumbroso llegó desde el suelo.
- ¡Dios mío, TJ! - dijo Brandi corriendo hacia su compañero abatido, para posteriormente gritar irritada a Marvin - ¡Eh,viejo!, ¡ven aquí y échame una mano!, ¡y recoge tu pistola, joder! -
El hombre obedeció y momentos después se encontraban ambos arrodillados junto al cowboy, mientras Chazz había aprovechado para enfundar la pistola y apuntar ahora con su poderoso rifle.
- ¡Aún está vivo! - gritó Brandi dirigiéndose al sobreexcitado rubio - ¡debemos sacarle de aquí y llevarle a un hospital! -
En ese instante Chazz, que seguía mirando desconfiado a su alrededor, giró la cabeza hacia la
chica y dijo con mirada cruel:
- De aquí no se irá nadie hasta que hayamos resuelto el problema del negro y Bubba. -
- ¿Te has vuelto loco? - intervino Marvin - ¡la cacería ha terminado! -
- Ah, ¿sí? - comenzó a decir Chazz andando lentamente hacia ellos - ¿y qué les dirás a los del hospital cuando llegues?, ¿que un oso atacó a TJ porque estabais en una zona prohibida del parque cazando a un indigente por diversión? - el viejo miró a Brandi, pero Chazz continuó - y tú Bran, ¿qué le contarás a la policía cuando el guardabosques y el negro declaren?, apuesto a que no habías pensado en ello. -
- Pero, ¿no lo entiendes?, si no llevamos a TJ a un hospital, ¡morirá! -
- No, eres tú quien no entiende nada, Marvin. TJ jamás saldrá con vida de aquí. Ella no lo permitirá, es su presa y volverá a recuperarla. -
El hombre mayor agachó la cabeza un momento, y luego la alzó para decir incrédulo:
- ¿Estás sugiriendo que le dejemos morir e incluso ser devorado por esa bestia? -
- Ca…brón…- balbuceó en ese momento TJ. -
Chazz, haciendo caso omiso del insulto, les dijo a los otros:
- Parece que no comprendéis la situación. Si nos vamos ahora para llevarle a un hospital, podemos darnos por encarcelados en el momento en que esos dos alerten a las autoridades. Y si nos llevamos a TJ con nosotros, Shelby nos perseguirá sin descanso. Decidme, ¿preferís ser vosotros los devorados?, porque eso es lo que ocurrirá. -
- Pero Chazz, ese animal está herido. El disparo de Brandi fue a bocajarro, igual incluso está muerto ya. -
-Créeme, la rapidez con la que ha desaparecido y la potencia con la que ha retorcido plantas y setos a su paso, no son de un animal moribundo, te lo garantizo.
- Pero puede que se haya asustado y no vuelva - ante la conjetura sugerida por Marvin, Chazz torció el bigote sonriendo.
- Apuesto lo que sea a que esa osa del demonio debe estar ahora más furiosa que nunca. -
Alzando lentamente la cabeza, Brandi contestó:
- Prefiero arriesgarme a ir a la cárcel o incluso enfrentarme a Shelby, antes que dejar morir a un amigo. Lo siento, pero yo me voy a llevar a TJ al hospital. -
Chazz asintió mirándola a los ojos. Tras un par de segundos, desenfundó su pistola y le disparó en la cabeza a TJ.
Brandi, con el rostro salpicado de sangre se quedó paralizada. Marvin, que se había echado hacia atrás asustado, alternó su mirada entre el cadáver del cowboy y Chazz, y le espetó:
- ¡Eres un maldito monstruo! -
- ¡Tú eliges a la gente para las cacerías, así que no me hables como si fueses un jodido angelito! Y ahora dejad de lamentaros y vamos en busca de esos dos hijos de puta. Deben estar en el refugio guareciéndose de la lluvia. Tenemos la oportunidad de acabar con esto - y aún con el arma en la mano señalando a TJ, añadió - confío en que Shelby sacie su voracidad con él y nos deje en paz. -
Brandi y Marvin le miraban con hondo desprecio.
- ¡No me miréis así y moved el culo, joder! - y rebajando el tono de su voz - os estoy salvando la vida, algún día me lo agradeceréis - dijo antes de comenzar a andar con su rifle en la mano hacia la zona por la que había desaparecido Shelby.
Marvin sacó un pañuelo y le limpió el rostro salpicado de sangre a Brandi, que con expresión ausente, sacaba tabaco y se lo introducía de manera mecánica en la boca.
Chazz, tras unos instantes observando la vía por la que escapó la osa, se giró de nuevo y dijo:
- Enhorabuena Bran, has logrado herirla, hay un reguero de sangre que se pierde en la espesura - y tomando un camino distinto, añadió - no creo que volvamos a verla, pero si es así, en caso de no poder apuntarle a la cabeza hacedlo a los cuartos traseros, así no podrá erguirse a dos patas ni correr con tanta soltura - y dicho esto se introdujo por el sendero que conducía hacia el refugio.
* * * * * *
- Cuatro disparos - dijo Bubba mirando a Eddie - y no han sonado lejos. -
El muchacho, con el semblante demudado, observó la ventana como si esta pudiese darle más información, pero lo único que podía ver era la oscuridad y una cortina de agua que navegaba por los cristales de la misma.
Bubba caminó hacia él, y mirándole a los ojos tratando de calmarle, comentó:
- Escucha chico. Si como parece ser han disparado a la osa, no creo que la volvamos a ver. Además, yo también tengo un arma, ¿recuerdas? -
Eddie miró de soslayo y replicó:
- Ellos son cuatro expertos cazadores que conocen la zona. -
- Sí, en eso tienes razón, pero no olvides un par de cosas, - comenzó a decir Bubba enumerando con los dedos - que yo también conozco la zona y mucho mejor que ellos.
Pero sobre todo, siendo tan expertos como son aún no han sido capaces de darte caza, y eso que eres un chico de ciudad. Estamos en mitad de la naturaleza, es de noche, llueve y estás conmigo. No lo tendrán tan fácil, créeme. -
- Espero que usted no se equivoque. En cualquier caso gracias, me ha salvado la vida. -
El guardabosques se alejó dándole una palmada en el hombro y contestó:
- No me las des aún, chico. -
* * * * * *
- Menos mal que ya sales del baño tío, llevas media hora ahí dentro. -
- Debe ser la salsa casera de mi mujer - contestó Bill.
- Anda, quédate al mando - dijo levantándose Kobe - que me llevo orinando un buen rato. -
- Pues no te aconsejo entrar al baño ahora - comentó con media sonrisa Bill.
- No pensaba hacerlo, voy a ir a los servicios del centro de visitantes. -
- ¡Eh, Kobe!, te he escuchado hablar en voz alta por teléfono, ¿quién ha llamado? -
- No ha sido por teléfono, sino por la emisora. -
- ¿En serio? - preguntó Bill enarcando las cejas sorprendido -
- Sí, era el jefe, pero no me he enterado de nada, se entrecortaba la señal y al final se cortó. -
- ¡Mierda!, tanto tiempo esperando para que nos instalen una emisora en el refugio por si la necesitamos en algún momento, y para una vez que hace falta no funciona. -
- Supongo que la tormenta tendrá mucho que ver. -
- Ya, pero no es excusa, porque es precisamente en estos casos cuando tiene que ser funcional y fiable. -
Kobe asintió estando de acuerdo con su compañero, que volvió a preguntar:
- ¿Y para qué habrá llamado? -
- No sé, probablemente se le haya pinchado una rueda del quad. -
- No creo, esos neumáticos están hechos a conciencia precisamente para pisar rocas afiladas y ramas puntiagudas. -
- Sí, pero nuestro querido Bubba pesa una tonelada, y las ruedas no lo deben llevar bien.-
- Eso es verdad - admitió sonriendo Bill.
- Bueno, me voy a mear porque no puedo aguantar más. Luego si amaina un poco la tormenta intentamos contactar otra vez, a ver qué mosca le ha picado al jefe - dijo Kobe yendo hacia el pasillo situado en la entrada a la oficina de guardabosques dejando al mando a Bill que, cogiendo un bolígrafo y el periódico se sentó reclinándose en la silla de escritorio poniendo los pies sobre la mesa y comenzando a hacer el sudoku.
* * * * * *
Tras un rato caminando, Chazz se frenó en seco.
- ¿Escucháis eso? - preguntó absorto sin tan siquiera mirar a los otros.
Marvin y Brandi quedaron en silencio tratando de localizar el sonido que Chazz les indicaba.
Tras unos segundos, la chica abrió más los ojos como entendiendo.
- ¡Es un motor al ralentí!, lo que significa que - y sin dejarle terminar, el rubio sentenció:
- Que es el generador y hay alguien en el refugio. -
- Pues, o son idiotas, o bien hay algo que no sabemos - dijo Marvin con la incógnita dibujada en el rostro.
- ¿Para qué habrán encendido el generador? Si realmente nuestra presa está con Bubba, a estas alturas ya se lo habrá contado todo y sabrán que les pisamos los talones, e incluso habrán oído los disparos. No creo que sean tan idiotas de encender el generador para tener luz eléctrica porque eso les localizaría más fácilmente en el interior de la cabaña. -
- Han debido llamar por la emisora al puesto de guardia - dijo pensativo Chazz.
- Pero, ¿qué emisora? - volvió a replicar Brandi - He estado varias veces en el refugio y allí no hay ninguna emisora o algo que se le parezca. -
- Espera, Bran, - intervino Marvin rascándose distraídamente la barba, como si esta fuese la artífice de que los pensamientos discurrieran desde su cerebro hasta desembocar en palabras - el otro día Kobe estaba en el bar de Wally, y le escuché comentar que podría desayunar tranquilamente porque le estaban instalando la emisora y eso iba a tardar. Seguramente también la hayan puesto en el refugio para poder comunicarse sin depender de los móviles, que ya sabes que su cobertura aquí es casi inexistente. -
- Pues siendo así, ya habrán alertado del caso a las autoridades - comentó Brandi con el nerviosismo asomando a su faz.
- ¿Acaso ves alguna sirena o algo similar? - preguntó visiblemente irritado Chazz - Claro que no, y eso es porque deben tener problemas para comunicarse, o bien este mal tiempo impide venir al helicóptero. Sea por el motivo que sea tenemos tiempo para solucionarlo. -
- ¿Y si nos estamos equivocando?, ¿y si el negro va por otro camino, estando solo Bubba en la cabaña? -
- Si es así lo averiguaremos. Pero si están juntos, abatidlos sin contemplaciones, no podemos correr el riesgo de que escapen y nos echen a la policía encima, ¿está claro?... pues andando - ordenó Chazz para que le siguieran, cosa que hicieron de inmediato la chica y el viejo.
* * * * * *
Bubba colocó la munición en el rifle y se situó en un lateral de la ventana. Por más que intentaba escudriñar la oscuridad exterior, la cortina de agua era la única que atravesaba las sombras, salpicada de vez en cuando por algún relámpago.
- ¿Crees que vendrán? -
- Por supuesto que sí. Conocen el refugio e intuirán que hemos venido aquí. -
- Bueno, en todo caso intuirán que yo he venido aquí, pero no creo que sepan que usted está conmigo. -
- Son cazadores expertos, chaval. Al seguir tus huellas y habrán deducido que vas acompañado. Y si piensan un poco, entenderán que soy yo por el tamaño y la profundidad de las mismas provocadas por mi peso. -
- Entiendo - dijo con resignación Eddie.
- Además, en cuanto lleguen aquí verán el quad, y eso es aún más sencillo de deducir. -
En ese instante, un ruido metálico les sobresaltó, y se oyó la voz de Kobe salir del altavoz de la emisora.
- Jefe, jefe, ¿estás ahí?, cambio. -
Bubba y Eddie se miraron con los ojos muy abiertos. El guardabosques agarró de inmediato el artefacto, apretó el botón lateral y dijo:
- Sí, aquí Bubba, cambio. -
- ¿Qué ocurre jefe?, antes se cortó la emisión y no pude entender lo que me decía, cambio. -
- Estamos en peligro, Kobe. Llama a la policía y diles que es un asunto a vida o muerte. -
Tras comentar esto, al otro lado solo se oyó el sonido estático.
- ¿Kobe, me has escuchado?, cambio -
Tras otro silencio únicamente roto por ese zumbido, se escuchó de nuevo la voz entrecortada de Kobe. -
- No…oigo…efe, se ent…orta…-
- ¡Me cago en la puta, coño! - blasfemó airadamente Bubba.
No lo vio venir. Algo allá fuera se iluminó fugazmente y las astillas del marco de la ventana saltaron violentamente. El guarda forestal se agachó bajo el alféizar, colocó el micrófono en su lugar correspondiente, desconectó la emisora y ordenó a Eddie susurrando:
- ¡Apaga la luz y agáchate, muchacho!, estos ya vienen con la predisposición de eliminarte a ti, a mí, y a quien se ponga por delante. -
Un segundo impacto reventó los cristales de la ventana, cayendo algunos trozos sobre Bubba que se tapaba la cabeza con los brazos y permitiendo que la llovizna con viento racheado se colara en la estancia. Segundos después, la voz de Chazz se oyó desde fuera:
- ¡Eh, Bubba!, esto no va contigo. Ese cabrón es nuestro, lo sorprendimos robándonos y por eso huye. -
El orondo grandullón miró hacia Eddie en la oscuridad, y este negó rápidamente con la cabeza. Bubba asintió previamente a que Chazz volviera a hablar.
- Sin embargo, antes de que hagas alguna tontería debo advertirte, amigo. Si te interpones entre nosotros y ese energúmeno, correrás la misma suerte que él. No queremos hacerte daño, pero lo haremos si no colaboras. -
El guardabosque respiró hondo y contestó:
- Lo siento Chazz, esto se os ha ido de las manos. No voy a entregaros a este chico. Las autoridades ya han sido avisadas y serán ellos quienes se encarguen del asunto. -
- Noooo, no, no, no, me parece que no lo has entendido, grandullón. Da igual a quien hayas avisado, porque él no saldrá vivo de aquí y, ¿sabes qué?, si no nos lo entregas, tú tampoco. Así que contaré hasta diez, y si llegado ese momento sigues sin cambiar de opinión, atente a
las consecuencias. -
Bubba se quedó pensativo unos instantes mientras Chazz comenzaba a contar.
- Uno…Dos… -
- Escúchame, chico. Esa puerta de ahí tiene salida hacia un estrecho sendero que conduce hacia las montañas. Márchate, yo trataré de entretenerlos. -
- ¿Se ha vuelto loco?, ¡no pienso dejarle solo, no soy un cobarde! -
- Tres…Cuatro…-
- ¡Vamos Bubba, no seas testarudo y acabemos con esto, hombre! - intervino Marvin mientras Chazz contaba - no queremos hacerte daño, tan solo queremos a ese maldito indigente. -
- Cinco…seis…-
- ¡No discutas conmigo, muchacho! - se enfadó el guarda forestal - si te quedas aquí, te matarán hagas lo que hagas. Ellos no piensan negociar y son tiradores expertos, no tendrías ninguna posibilidad. -
- Pero, ¿qué hará usted? -
- No sé, algo se me ocurrirá. Por lo pronto distraerles. -
- Siete…Ocho… ¡se te acaba el tiempo! - tras decir esto, Chazz se giró hacia Brandi - Rodea la casa y ciérrales una posible escapatoria por detrás. -
Mientras, Bubba apremiaba a Eddie.
- Coge tu mochila y márchate… ¡YA! -
Eddie, mirando con gratitud a aquel hombre que trataba de salvarle el pellejo, agarró su mochila y se dirigió agachado hacia la puerta que este le había indicado. Tomó aire, giró el pomo de la puerta, y al abrir sus fosas nasales fueron inundadas por el frío y húmedo aire que flotaba en aquel paradisíaco lugar, tornado en infierno por los hechos que en él estaban aconteciendo.
Continuaba lloviendo, pero la intensidad había amainado bastante. Se asomó con cautela y la fina llovizna bañó su rostro. Efectivamente había un sendero, pero apenas podía ver a unos pocos pasos de distancia debido a la oscuridad reinante. Esperó unos instantes a que sus ojos se adaptaran a ella y comenzó a adentrarse a través del camino con sigilo, tratando de no hacer ruido y vislumbrar cualquier forma de vida que se pudiera cruzar en su trayectoria. Se giró cuando a lo lejos escuchó:
- Nueve… ¡y DIEZ!, muy bien gordito, tú lo has querido. -
En ese momento, distinguió a una silueta menuda que se acercaba lentamente por el lateral del refugio. Se frenó. Parecía estar mirando al suelo, como comprobando algo. Entonces, alzó la cabeza rápidamente y Eddie entendió, a pesar de la penumbra, que Brandi lo había localizado, por lo que se dio media vuelta y apretó el paso intentando hacer el menor ruido posible. Nervioso, echó la vista atrás y pudo ver que Brandi ya venía en su busca.
* * * * * *
- ¿Te has enterado de algo? -
- Pues no, pero al menos sabemos que él está allí en el refugio. -
- Deberíamos enviar al helicóptero. -
- ¿Con este tiempo?, Roger se negará a pilotar, ya lo sabes. -
- Pues algo debemos hacer, Kobe, porque podría ser importante. -
El otro se quedó pensativo unos segundos para posteriormente mirar a Bill y decirle:
- Llama a Conrad. -
- ¿Para qué?, es su día libre. -
- ¡Ya sé que es su día libre, maldita sea! - contestó de inmediato Kobe de manera alterada - pero alguien debe estar aquí por si el jefe consigue ponerse en contacto con nosotros mientras vamos a echar un vistazo. -
- Pero, ¿vamos a ir al parque ahora, con este tiempo y de noche? -
- ¿Se te ocurre algo mejor, Bill? -
Ante la mirada baja de este, prosiguió:
- Quizás esté herido, o puede que haya encontrado a algún excursionista igualmente herido y necesita nuestra ayuda. ¿Qué hacemos, nos quedamos aquí tan tranquilos? -
- No, claro, yo no quería decir eso. -
- Pues entonces en marcha. Llama a Conrad y dile que se venga para el puesto cagando leches. No le des ninguna explicación, dile que se venga y punto. -
* * * * * *
Mientras tanto, tras haber hecho la cuenta de diez, Chazz se giró hacia Marvin y le señaló con los ojos para que se desplazase hacia el flanco derecho por donde estaba ubicado el generador, y él se apostó en el izquierdo cerca de donde estaba el quad. Cerró un ojo y apuntó a través de su mira telescópica, esperando ver el más mínimo movimiento que pudieran brindarle como blanco sus ahora dos presas.
Bubba, asomó el cañón de su rifle y los disparos comenzaron a atronar por los alrededores de la casa. Tras una primera escaramuza, el grandullón se reptó por el suelo de la cabaña con los codos en dirección a la puerta trasera por la que se había marchado Eddie. Sabía que quedarse en la casa sería una trampa mortal, pues podrían incendiarla con él dentro y para cuando quisiese escapar ya le estarían esperando, o peor aún, no podría salir y moriría calcinado. Así que decidió jugársela en la espesura, donde conocía el terreno como la palma de su mano. Arrastrándose hacia el fondo de la cabaña cayó en la cuenta de que tan solo dos armas le disparaban. ¿Dónde estaban los otros dos? Tras la muerte del indio, aún quedaban cuatro en el grupo de cazadores. Pensó un instante y comprendió que quizás alguno cayera en el enfrentamiento que probablemente habían tenido con Shelby. O puede que otro de ellos estuviese rodeando el lugar para cubrir la posible escapatoria trasera. Haciendo estas elucubraciones en su mente, llegó ante la puerta. Se alzó con prudencia y abrió muy despacio. Miró al suelo y su desconcierto duró unos instantes. Las pisadas de Eddie se alejaban hacia el interior del sendero, pero había otras que las seguían. Pertenecían a un pie pequeño, demasiado menudo para ser de un hombre, así que no había duda, Brandi le estaba siguiendo. Se apretó contra la pared de la cabaña y empezó a deslizarse hacia el lateral.
Al mismo tiempo, Chazz indicó con la mano a Marvin que avanzase. Este hizo caso y con paso lento pero firme, se fue acercando a la casa con el arma alzada y apuntando.
Al pasar junto al generador, dos disparos impactaron en el tanque de gasoil, desparramando su contenido y empapando los pies del viejo que sin entender nada se giró hacia la posición de su rubio compañero, desde el que parecían provenir sendos disparos. Este se alzó de su escondite, soltó el rifle en la empapada hierba, sacó su pistola del cinto y apuntó.
- ¿Qué haces?, balbuceó Marvin. Se miró los empapados pies y como comprendiendo lo que estaba a punto de ocurrir, gritó - ¡Hijo de putaaa! -
Dos destellos fueron escupidos en la noche y el gasoil que tenía a sus pies empezó a arder. Las llamas prendieron con rapidez las ropas de Marvin, y sus alaridos comenzaron a inundar la explanada, que ahora era iluminada por las llamas.
Brandi, que ya iba ascendiendo por la ruta que llevaba a las montañas persiguiendo las huellas de Eddie, se giró contemplando desconcertada la escena. Pronto comprendió que era su viejo amigo quien daba vueltas ardiendo por el suelo. La dura chica echó a correr hacia él para tratar de ayudarle, pero a mitad de camino detuvo su carrera cuando vio aparecer a hurtadillas de la parte posterior de la cabaña la oronda figura de Bubba, que apuntaba con su pistola a todas partes.
Brandi se ocultó tras un matorral para que este no la viese, y cuando hubo girado por el lateral del refugio, ella le siguió. Con extremo cuidado, se fue acercando por su espalda. Bubba estaba inmóvil, apuntando con su rifle y mirando cómo se quemaba Marvin, que ya no gritaba. La chica se colgó el rifle del hombro, sacó su pistola, la amartilló y salió desde detrás del guardabosques encañonándolo. El semblante de este se tornó en sorpresa en décimas de segundo.
- Tira el arma. - Bubba obedeció de inmediato y Brandi prosiguió con desprecio - Has matado al viejo por proteger a un indigente de mierda.
- Bran, no te precipites, deja que te explique - casi suplicaba tembloroso Bubba.
- Vas a pagarlo caro, puto gordo. Andando - le apremió para que saliese a la explanada.
El fuerte olor a carne quemada dominaba el ambiente. En el instante en que quedaron iluminados por las llamas, Chazz apareció desde el linde con los árboles.
- Bien hecho, Bran. -
- ¿Bien hecho?, ¿dónde coño estabas?, ¿por qué no has ayudado a Marvin? -
- Porque no soy tan tonto como para salir a una explanada y exponerme a los disparos. Cometió un error y lo ha pagado caro. -
Brandi se mordió el labio y miró de reojo hacia el amasijo negruzco en que había quedado convertido Marvin. Chazz cruzó un instante la mirada con Bubba y volvió a reparar en la chica.
- Dime, ¿dónde está el negro? -
- Escapó hacia la montaña. Iba siguiéndole, pero entonces oí gritar a Marvin y al volverme lo vi envuelto en llamas - y con ira apuntó el cañón de su pistola hacia la nuca de Bubba diciendo - ¡porque este cabrón le disparó! -
En ese momento, Chazz también apuntó su pistola hacia la cara de Bubba y dijo:
- Tranquila Bran, recibirá su merecido. Ven aquí. -
La muchacha se acercó a él y este, sin dejar de mirar al guardabosques, le volvió a comentar:
- Date la vuelta y mira de frente a este tipo antes de morir. -
La mirada de Brandi desprendía fuego encolerizado. Chazz apretó con fuerza su hombro con la mano y sentenció, mientras una extraña sonrisa socarrona se materializó en la boca de Bubba:
- Adiós Brandi. -
La chica alzó la vista con los ojos muy abiertos hacia Chazz, y en ese instante tres proyectiles de la Winchester Magnum atravesaron su espalda saliéndole por el pecho.
El cuerpo de la muchacha cayó a plomo al suelo. De su boca, emanaba un líquido denso y rojizo oscuro, mezcla de sangre y de la saliva por el tabaco de mascar.
- ¿Por qué coño has salido de la cabaña, idiota?, ¡casi te mata!... La envié a cubrir la retaguardia para quitártela de encima, mientras yo me encargaba del viejo y aseguraba la zona. Por suerte, decidió traerte hacia aquí en vez de dispararte en el acto. -
- Pensé que quizás alguno de ellos intentase quemar la cabaña para hacerme salir. Y por cierto, ¿dónde está TJ? -
- Muerto. Esa maldita osa nos hizo parte del trabajo, pero me dio un susto de cojones. -
- Así que os habéis cruzado con ella como yo sospechaba, ¿verdad? -
- Sí, tras atacar a TJ, Brandi le disparó y ella huyó herida. No sé la gravedad, pero probablemente no la volvamos a ver. Y en cuanto a TJ, yo solo le rematé de un tiro en la nuca. Estos dos querían largarse a un hospital con él, ¡figúrate! -
- ¡Qué tontería!, si no lo hubieses rematado tú, Shelby jamás habría permitido que saliese de aquí. A estas horas, si su herida no es demasiado grave, ya se estará cenando al cowboy. -
- Bueno, de una u otra forma, hasta el momento todo está saliendo según lo planeado.
Estos tres paletos ya no podrán delatarnos, cosa que habrían hecho a buen seguro tarde o temprano.
Ya incluso empezaban a mostrar síntomas de arrepentimiento. No me los quiero imaginar bajo los focos en un cuartillo de comisaria y siendo interrogados. Lo cantarían todo en minutos.
Lo que siento es lo de Dyami. Era el único inteligente y totalmente leal hasta las últimas consecuencias. -
- Sí, ya me lo ha contado el tal Eddie, pero creo que si se expuso en mitad de un estuario, con un tipo herido ante sí, donde solo faltaba hacer sonar la campana de la comida para los osos, entonces no era un indio inteligente. -
- Ya, pero se suponía que seríamos tres para darle caza al negro, una vez nos deshiciéramos de los otros tres, y además era un gran rastreador. -
- No te preocupes Chazz, ese muchacho no está acostumbrado a moverse en un lugar así. Además, le he mandado hacia la montaña, podremos acorralarle allí. -
- Antes de ir a perseguirle, vamos a ocultar los cadáveres y a apagar el fuego. Es poco probable que venga alguien durante la noche, pero en caso de hacerlo, no quiero que encuentre algo así. -
- Yo no estaría tan seguro de eso. –
- ¿Qué quieres decir? - indagó Chazz sobresaltándose.
- Que tuve que llamar a los chicos al centro. -
- ¿Por qué coño has hecho eso? -
- Por varias razones. Primero, el negro estaba delante y no pedir auxilio era demasiado sospechoso. Segundo, porque si no aparezco en toda la noche, se preocuparán y nos podrían sorprender. Y tercero, porque así teníamos la coartada perfecta, ya que seríamos nosotros mismos los que llamásemos a la policía, con lo que estarías libres de sospecha. -
- Eres idiota. -
- ¿Por qué? - preguntó Bubba contrariado.
- ¿Qué ocurrirá si el negro se nos resiste más de la cuenta y no podemos matarle antes de que llegue la policía?... ¡Lo contará todo e iremos a la cárcel! -
- Pero, ¿cómo va a escapar de nosotros? ¡Vamos, Chazz, ese chico ya está sentenciado! –
- Más nos vale que así sea. -
- Además, la emisora es una mierda y no me escuchaban, se entrecortaba constantemente. A estas horas estarán esperando a que les vuelva a llamar, y en el peor de los casos tampoco pueden enviar a Roger con el helicóptero con este tiempo, así que esperarán a mañana por la mañana. -
- ¿Estás seguro de eso?, ¿no vendrán a echar una ojeada? -
- ¿Venir esos aquí, de noche, con mal tiempo y con lo que les gusta estar acomodados en la oficina sin hacer nada? Imposible, ya te lo digo yo. -
- Puede que tengas razón, pero si por un casual vienen, ya sabes lo que les va a pasar, ¿verdad? -
Bubba asintió con la cabeza asimilando la situación. Para cambiar de tema, tratando de distender la tensión de Chazz, le preguntó:
- Por cierto, ¿cómo has conseguido que el gasoil ardiese?, eso no es el vapor de gasolina que se enciende con una chispa, el gasoil solo arde por compresión, hay que calentarlo para que arda. -
- Muy fácil, con esto - y Chazz sacó una bala de su pistola. -
- Sí, una bala, ¿y qué?, sigue siendo encender una chispa y eso no sirve para hacer arder el gasoil. -
- No son balas normales - comenzó a decir el rubio - van recubiertas con una película de fósforo, lo que las hace prender fuego en contacto con el aire y llegan prendidas al objetivo, de ahí que el gasoil haya podido arder. Eso sí, antes he tenido que disparar con el rifle y agujerear el depósito justo cuando pasaba Marvin, y que el líquido le salpicara e impregnara sus pies, porque de haber disparado directamente al tanque con estas balas, tampoco habría servido de nada, ya que el gasoil no genera vapor a temperatura ambiente como la gasolina y es prácticamente ignífugo. -
- ¡Vaya! - dijo sorprendido Bubba - parece que tu adiestramiento militar aún permanece fresco en tu cabeza, tío. -
- Venga, pospongamos la charla para otro momento. Ha dejado de llover y tenemos un escurridizo negro al que cazar. En marcha. -
(CONTINUARÁ...)
"Sin aliento" (Cap.5 "El refugio") por Pepe Gallego se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas 3.0 Unported.
Con lo "guena gente" que parecia Bubba.
ResponderEliminarA darle al coco para el siguiente capitulo. Cada vez lo tienes mas dificil para sorprender. A no ser que metas extraterrestes y esas cosas. Jijiji.
Soy JGigan
Jajaja. No se si conseguiré seguir sorprendiendo, pero intentarlo sí que lo voy a intentar, eso es seguro :)
ResponderEliminarJajaja...Yo no digo nada, pero puede pasar de todo,jeje.
ResponderEliminarNo obstante, agradezco mucho que lo estés leyendo y participando. Y si además te gusta, pues mejor que mejor :)
Te lo he comentado en TR pero vamos a repetir. Genial, Pepe!! Enganchada como mi compi asturiana. Espero que le des un rato a las teclas y cuelgues el siguiente capítulo que te estás haciendo rogar. Un abrazo
ResponderEliminarSí, tienes razón Selene, he tardado pero hoy si no surge ningún contratiempo, estará colgado el penúltimo capítulo :)
ResponderEliminarMuchas gracias por leerme, es todo un honor tenerte por aquí.