domingo, 25 de septiembre de 2011

Ahora vosotros sois los protagonistas


Como lo prometido es deuda, a petición vuestra os dejo aquí un nuevo relato corto pero que a diferencia de los otros no tiene final, este queda abierto para que seáis vosotros quienes aportéis vuestras ideas y lo terminéis. Tendréis hasta el próximo día 10 de octubre para aportar vuestro final. Os pido brevedad, es decir, que el desenlace que propongáis no exceda las 2 páginas, para así poder evaluarlos y colocarlos en la web. Conforme vayáis enviándolos, los iré poniendo todo a continuación del propio relato de manera que todos podamos leerlos y decidir cuál os parece mejor para ponerlo como final principal. Abajo os dejo el cuerpo del relato. Enviadme vuestros escritos a:  elrincondepepegallego@gmail.com

Ánimo y ¡exprimid vuestra imaginación!

“Una visión inesperada”
Sheryl temblaba de pies a cabeza. La lluvia la había sorprendido sin paraguas y la parada de metro aún quedaba a dos manzanas de allí. El aguacero era torrencial y aunque ella trataba de resguardarse bajo las cornisas de los edificios, el viento empujaba la lluvia en su dirección y la estaba empapando por completo. Con los ojos entrecerrados a causa del azote a la que estaba siendo sometida por los elementos, logró atisbar un pequeño cartel luminoso en la esquina más próxima. Avanzó rápidamente hacia allí con la esperanza de que fuese un comercio donde poder ocultarse. Tuvo suerte pues era un pub. Tiró del agarre de la pesada puerta de madera con cristales y una ráfaga cálida inundó su rostro. Se sentía aliviada pues podría esperar allí, quizás tomando un café mientras amainara la tormenta, ya que no tenía prisa en llegar a casa de Peggy, su amiga íntima desde que estaban en primaria con la que había quedado para charlar como tantas veces.
Sheryl se despojó del abrigo y lo colgó en el perchero que había tras la puerta de entrada. El pub estaba lleno de gente. Probablemente muchas de aquellas personas habían optado por la misma solución de ella, entrar al pub a tomar algo mientras decrecía la intensa lluvia. Varias personas copaban la barra. Al fondo había dos mesas de billar que en aquellos momentos centraban buena parte del bullicio entre risas de las personas que la estaban utilizando. A la izquierda, unos biombos hacían las veces de pared en lo que parecían ser unos reservados.
Sheryl observó un hueco entre la gente de la barra y se acomodó como pudo para poder pedir al camarero que intentaba atender las peticiones de los numerosos clientes. Entre el murmullo de la gente oyó una voz que pedía dos daikiris y que le resultó tremendamente familiar. Miró a través de la gente que se agolpaba en la barra y vio el rostro de perfil de Jason, su novio. ¿Qué hacía él allí?...Estuvo tentada de llamarle, pero prefirió mantenerse oculta tras un corpulento hombre que apuraba una jarra de cerveza delante de  ella. El camarero le puso a Jason los dos daikiris y este se marchó con ellos en dirección a los reservados.
Sheryl dudó unos instantes pero acabó por decidirse a acercarse a los biombos y observar por encima con cuidado. Lo que distinguió la dejó helada. Jason estaba agarrando las manos de una mujer y sonreían juntos. Sheryl a duras penas consiguió reprimir una exclamación que mezclaba sorpresa e indignación. Sin embargo, no pudo reprimir la lágrima que resbaló casi automáticamente por su mejilla. No sabía qué hacer, ¡cómo reaccionar!
Entre tanto, oía lejana la voz del camarero que le preguntaba insistentemente qué quería tomar. Todo le parecía ir a cámara lenta, como si estuviera viviendo un sueño del que no acertaba a despertar. Casi como una autómata, caminó hacia la salida del pub. De nuevo el frío, el viento y la lluvia le saludaron azotándole el rostro. Ni tan siquiera reparó en su abrigo, simplemente se quedó a la entrada del pub, mojándose, tratando de asimilar lo que acababa de ver. Pasaron unos segundos que parecieron eternos y Sheryl acabó tomando una decisión…
Pepe Gallego