miércoles, 21 de agosto de 2013

"Sin aliento" (Capítulo II)

Capítulo.2 - “El abismo aguarda”


El ruido motorizado sorprendió a los presentes. Aunque algo lejano, se percibía perfectamente su llegada desde el camino por el que previamente había circulado la camioneta hasta aquella explanada de hierba. Todos miraban a Chazz con expresión tensa. El que daba síntomas de ser el líder de grupo, como calculando la situación, indicó con la mirada al indio en dirección a un promontorio cercano cubierto de vegetación, y este asintió con la cabeza, agarrando su arco y corriendo hasta perderse de vista entre los arbustos. Con otro gesto, Chazz señaló a los demás que bajaran las armas mientras él se colocaba junto a Eddie y pegaba a su espalda el revólver diciéndole:
- Si haces el menor movimiento o señal que delate la situación, te dejo seco. -
El muchacho miró brevemente de reojo y afirmó tragando saliva, mientras el sudor abrillantaba su frente. El sonido del motor cada vez era más cercano y pocos segundos después, por la última curva del camino, aparecía un quad conducido por un hombre de figura oronda. Se detuvo ya bien entrada la zona de hierba, paró el vehículo y descendió del mismo. Era un tipo blanco con perilla que portaba gafas de sol modelo aviador. Vestía cazadora color verde kaki, pantalones beige con bolsillos laterales y botas de cuero claramente preparadas para andar por aquellos parajes. Pero lo que más destacaba en él era su tamaño. Debía andar cerca de los dos metros, y aunque su prominente barriga le precedía, no era menos cierto que parecía ágil.
- Vaya, vaya, vaya, ¡qué sorpresa Bubba!, es el guardabosques más veterano, el que mejor conoce esta zona - le indicó sonriendo Chazz a Eddie, exhibiendo una facilidad teatral para cambiar de registro emocional realmente abrumadora. Volvió a girar el rostro hacia el guardabosques y preguntó:
- ¿Qué te trae por aquí, Bubba? -
- Eso mismo os iba a preguntar yo - contestó el gigantón.
- Lo de todos los años, ya sabes. Nuestra barbacoa de despedida del buen tiempo antes de que arrecie la primera nevada, que si no creo mal, debería caer mañana, ¿no es así? -
- Exacto, por eso estoy haciendo la ronda, para prevenir a la gente, especialmente a turistas con ganas de aventura, de que por favor salgan del parque lo antes posible, pues acabo de hablar con el servicio estatal de meteorología y me han comunicado que las precipitaciones se podrían adelantar a esta misma noche con un descenso de temperatura significativo. O lo que es lo mismo, que la nevada puede ser intensa e incluso mayor de lo que suele ser habitual en la primera de cada año. -
- Tranquilo, Bubba, nos marcharemos al anochecer. -
- ¿Quién es el nuevo? - preguntó el guarda forestal señalando al muchacho negro y añadiendo - no tiene pinta de ser de por aquí. -
- Soy Eddie, de Detroit. -
- Maldita sea, eres una mole chaval - comentó Bubba haciendo referencia a la complexión de este, y continuó preguntando - ¿cuánto mides? -
- No tanto como usted, solo 1,93 m. -
- ¡Joooder!, solo 1,93 dice - saltó Marvin con su voz rasgada - yo con mi 1,66 m. tengo que subirme al último peldaño de una escalera para cambiar una bombilla. Seguro que tú no sabes lo que es eso. -
Tras las risas de los presentes, Bubba continuó indagando:
- ¿Y qué haces tan lejos de casa, chico? -
- Eddie venía hacia Anchorage a buscar trabajo, - intervino TJ - lo recogimos en la carretera y lo dejaremos allí antes de que comience a oscurecer. Pero mientras tanto, va a disfrutar de nuestra barbacoa, ¿verdad? -
- No - empezó a decir el muchacho negro, que a esas alturas sudaba profusamente, pero antes de hablar vio cómo a su izquierda, en el promontorio, los arbustos se abrían lentamente y aparecía Dyami con expresión amenazadora en sus ojos, colocando el dedo índice en vertical sobre los labios insinuándole que se callara, para posteriormente señalar al guardabosques y pasarse el pulgar de un lado a otro del cuello. Eddie lo acabó de comprender al ver asomar el arco compuesto tensado de Dyami con una flecha apuntando al objetivo, así que prosiguió cambiando la contestación para salir del paso:
- No… pienso perdérmela por nada del mundo. -
Bubba le miró extrañado, como si no le hubiese convencido la explicación del muchacho, pero tras un par de segundos, sonrió y preguntó directamente:
- ¡Eh!, ¿dónde está el indio?, ¿hoy no os acompaña? -
- Claro que sí - contestó de inmediato Chazz - ha ido a cazar a la que debe ser la estrella de esta barbacoa, la pieza de carne. -
- Sí - añadió TJ - ya sabes cómo es, le encanta sacar a pasear su juguetito. Una flecha por aquí, otra por allá… es como un niño. -
- Un niño letal, diría yo - le cortó Bubba.
- ¿Por qué no se queda usted con nosotros a degustar la barbacoa? - dijo de repente Eddie, notando al instante el frío cañón de la Magnum apretarse contra sus riñones, mientras Chazz le miraba de reojo. Bubba dudó durante un instante, pero al final renunció a la invitación mediante un gesto con la mano aduciendo:
- ¡Naahh!, me encantaría, pero tengo aún mucho terreno que revisar y no quiero sobresaltos hoy, así que ya sabéis chicos, antes de que la noche extienda su oscuro manto, por favor, salid de aquí. Además, ya me la juego bastante permitiéndoos hacer una barbacoa en este lugar, ya sabéis que está prohibido más allá de la zona turística. -
- Tranquilo amigo - comentó Chazz - ya sabes que somos de fiar. -
Bubba elevó la pierna para sortear el asiento del quad y montarse en él, y al hacerlo miró a Brandi e inquirió:
- ¿Se te ha comido la lengua el gato, Bran? -
Esta escupió el tabaco a un lado y manifestó con aspereza:
- No tenía nada que decir. -
- Joder - contestó el guardabosques con una mueca de asco - deberías pasar menos tiempo con estos.
- Opino lo mismo - corroboró Marvin.
- ¡Cállate viejo! - le espetó Brandi - si no quieres que patee tu arrugado culo. -
Este abrió la boca para responder, pero declinó hacerlo negando con la cabeza, como dándola por un caso perdido. Acto seguido, Bubba arrancó su quad y dirigiéndose a Chazz dijo:
- Que paséis un buen día y saluda al indio de mi parte. -
El vehículo giró sobre sí mismo ciento ochenta grados, derrapando sobre la hierba, y el corpulento guardabosques vestido de kaki, junto al potente ruido del motor de aquella especie de moto todoterreno de cuatro ruedas, se perdieron por el serpenteante sendero.

Cuando se hubo marchado, Dyami salió de entre los arbustos destensando su arco. Entonces, Chazz miró con aquellos fríos ojos celestes a Eddie y le reprochó:
- ¿Quédese con nosotros? Tú te crees muy listo, ¿verdad, chaval? - y rechinando los dientes con rabia, golpeó con el lateral del revólver la cabeza del chico negro, que se tambaleó y cayó al suelo de rodillas. La gorra rodó a un lado y del oscuro cuero cabelludo comenzó a brotar sangre.
- ¡Eh, eh! - se interpuso TJ entre los dos - tranquilo Chazz, recuerda que nos debe durar un buen rato. -
- ¡Aparta! - dijo este empujando al del gorro de cowboy, y dirigiéndose al muchacho derribado en el suelo, exclamó:
- ¡Levántate del suelo! -
Eddie lo miró aún con la mano colocada en la herida y preguntó:
- ¿Por qué haces esto?, ¡yo no te he hecho nada! -
- ¡Que te levantes! - gritó de nuevo Chazz, propinándole una patada en los riñones al chico, que se dobló sobre sí mismo. Al instante, el agresor lo agarró por detrás del cuello de la chaqueta, y lo obligó a levantarse de un tirón.
- ¿Sabes por qué hago esto?, porque estoy harto de que mi ciudad se infecte de miserables indigentes, sucios y malolientes como tú. -
- Yo no soy un indigente, vengo a buscar trabajo. -
- Ya, claro, eso decís todos, y luego no hacéis más que acaparar ayudas y presupuesto estatal, mientras a los que verdaderamente somos de aquí se nos ponen todo tipo de trabas e impuestos. - Chazz apoyaba sus palabras en el asentimiento de los demás y, tras hacer una pausa, prosiguió con su improvisado discurso - Seguramente tú pensarás que esto es una salvajada, pero yo no lo veo así. Es más, creo que hacemos un servicio a la comunidad, ¿verdad, chicos? - y los otros cuatro refrendaron su teoría sin dudarlo.
Eddie, bajó la cabeza y tras unos segundos en que todos quedaron expectantes, alzó la mirada hacia ellos y contestó:
- Podéis disfrazarlo con el argumento que queráis. Incluso es muy probable que estéis satisfechos de vuestra supuesta labor, - dijo esto último haciendo el típico gesto de colocar unas comillas con los dedos - pero interiormente sabéis que es un acto de crueldad. Solo sois una panda de paletos asesinos, a los que seguramente vuestra propia gente y vecinos repudiaría en cuanto supiesen de vuestras actividades - Eddie se detuvo para mirar a la cara de cada uno, acabando en Chazz y diciendo - puede que hoy muera aquí, pero igualmente me dais pena. -
- ¡Qué sorpresa!, ja, ja, ja, - sonrió irónicamente el rubio de bigote de herradura abriendo los brazos - ¡pero si el indigente tiene don de palabra! - y los demás le secundaron riéndose.
- ¡Cortémosle la lengua, Chazz! - planteó con sorna el indio.
- Mejor, castrémosle sus partes para que no sea tan bragado - propuso con media sonrisa Brandi.
Eddie la miro de arriba a abajo, sonrió con sarcasmo y contestó:
- Te puedo asegurar que contigo jamás utilizaría esas partes. -
La cólera se adueñó de Brandi, que sacó del bolsillo lateral del pantalón un cuchillo de grandes dimensiones gritando:
- ¡Hijo de puta!, ¡te voy a matar! - lanzándose en post del muchacho, aunque apenas le dio tiempo a avanzar dos pasos cuando Dyami ya la había agarrado del brazo reduciéndola.
- Tranquila Bran, tendrás tu momento de hacerlo cuando nos divirtamos con él cazándole. -
- ¿Cazándome? - preguntó extrañado.
- Claro, ¿acaso pensabas que te mataríamos ahora y perderíamos nuestra diversión? -
- Cuando te elegí al verte en el bar de carretera, tan grande y fuerte como un oso - comenzó a hablar Marvin - ¿creías que lo hacía para ahora matarte sin más?, ¡eso pude haberlo hecho en la misma carretera! -
- Puto viejo asqueroso - dijo con desprecio Eddie.
- Nooo, muchacho, no - prosiguió Marvin haciendo oídos sordos a los insultos del chico - te escogí porque podías dar juego en la cacería. Otros autoestopistas como tú pasaron antes por el bar, pero ninguno con esa complexión atlética y, viendo lo poco que nos duró el anterior, decidimos que el próximo sería una presa que representara, al menos, un reto más dificultoso de cazar. -
- Estáis locos - expresó Eddie, con tono calmado pero reflejando en su cara incredulidad.
- ¿Locos? - intervino Chazz - estamos armados hasta los dientes y decididos a matarte, y tú estás desarmado e insultándonos. Dime, ¿quién es el loco aquí? - y tras unos segundos mirándolo a los ojos, se giró hacia TJ y le ordenó - Revisa su mochila. -
Este comenzó a vaciar el contenido de la misma en la hierba y
enumeró:
- Aparte del saco de dormir y sus complementos que van agarrados aquí fuera de la mochila, dentro tiene ropa, un neceser, una navaja multiusos, una cartera con documentación, un mp3, cargadores de red, un par de latas de conservas, un pedernal, maquinillas de afeitar, una bolsa botiquín con yodo, vendas, etc…y poco más. -
- Quita el saco de dormir, la navaja multiusos, las maquinillas de afeitar y la cartera. -
- ¿Ahora también eres ladrón? - inquirió Eddie.
- No, tan solo me aseguro de que no tengas recursos, papeles u objetos punzantes con los que intentar sobrevivir porque, ¿sabes qué? - y acercando su rostro al del fornido muchacho, Chazz concluyó - no vas a salir vivo de aquí - y al instante hizo un mueca con la barbilla a Dyami diciendo - ¡regístrale! - al tiempo que él empezaba a hacer lo propio con la cartera sustraída.
Mientras lo hacía, Eddie volvió a hablar:
- El guardabosques me ha visto, sabe que estoy con vosotros. ¿Qué creéis que pensará cuando sepa que he desaparecido?-
- ¿Y quién se lo dirá? - contestó Marvin - con contarle que te dejamos en Anchorage tras marcharnos de aquí, será suficiente. -
- Solo lleva un teléfono móvil, pero está apagado - dijo el indio enseñándoselo a Chazz, pero este miraba algo que había sacado de la cartera y decía sorprendido:
- ¡Eh, muchachos, escuchad esto!, ¡este tío jugaba de quarterback en la cantera de los Lions! - y mirando al joven, le convino a corroborar - ¿no es cierto? -
Eddie, al que el enfado hizo inflar las aletas de su nariz, asintió levemente.
- ¿Y cómo acabaste de indigente, Edward Pierce? - volvió a preguntar Chazz mientras ojeaba el carnet de jugador, añadiendo - ¿te echaron porque eras muy malo? -
- No es asunto tuyo - contestó cortante el chaval. -
- Sí, quizás no sea de mi incumbencia, pero supongo que estoy en lo cierto, eso fue lo que te ocurrió. En cualquier caso, aquí tus cualidades de jugador de fútbol americano no te servirán para nada - y mirando a Dyami le volvió a ordenar - trae el móvil - y girándose hacia TJ - dale la mochila sacando antes de su interior lo que te dije antes más los cargadores de red, por si acaso. -
- Os ordena todo lo que tenéis que hacer, ¿sois todos los perritos falderos de este tipo? - dijo Eddie intentando crear controversia entre sus captores.
- No, son mis amigos, ¿puedes tú presumir de tener amigos? -
- Si tienen que ser como estos - dijo mirando a su alrededor - prefiero no tenerlos.-
- Bueno, ya veremos si cuando estés ahí fuera, preferirías que ellos fuesen tus amigos o no. -
La mochila, lanzada por TJ, voló hasta el regazo de Eddie.
- Para que veas que jugamos todo lo limpio que podemos, te daremos una opción. Te vamos a conceder una ventaja de quince minutos. Después, iniciaremos la marcha tras de ti. Tienes un físico de deportista de élite, cosa que podría ser una buena baza si sabes aprovecharla, - Chazz acercó de nuevo su rostro amenazadoramente al muchacho y añadió - pero por mucho que corras, por más que intentes esconderte, te encontraré y te mataré. -
Eddie, sin desviarle la mirada, contestó: - Pero asegúrate de hacerlo bien, porque si fallas te aseguro que lo pagarás muy caro. -
- Tienes huevos y eso hará más interesante la caza. Anda, gírate y admira tu hábitat para las próximas horas. -
- Eso si es que dura horas - añadió Marvin, al que todos secundaron riendo a carcajadas. Eddie, hizo oídos sordos dándose la vuelta y observó la inmensidad a la que se iba a ver obligado a recorrer para escapar de aquella pandilla de indeseables. Apenas había oteado el horizonte, cuando el golpe seco de una bota en sus riñones, le empujó haciendo que cayera rodando ladera abajo.
- ¡Buen viaje, hijo de puta! - gritó Brandi.
- Eh, Chazz - intervino TJ - ¿por qué le has dejado dentro de la mochila el pedernal?, eso le facilitará las cosas cuando se eche la noche y empiece a arreciar el frío. Podrá encender un fuego y calentarse. -
- Muy sencillo, amigo mío - contestó el rubio de pelado militar rodeándole el hombro con su brazo - porque si llegada la noche aún siguiera vivo, a nosotros también nos facilitará las cosas localizar el humo y el resplandor de la lumbre para encontrarle. -
- ¡Ah! - exclamó TJ comprendiendo - muy astuto, tío. - 

Aquella conversación, sin embargo, ya no la pudo oír Eddie, que lo último que escuchó fueron las risas amortiguadas y cada vez más lejanas del comentario de Brandi, pues se precipitaba velozmente chocando contra arbustos, rodando sin parar cuesta abajo. Intentaba aferrarse a alguna rama baja e incluso trataba de frenar la caída con pies y manos, pero era incapaz de hacerlo, pues cuanto más giraba a más velocidad caía. Por su mente solo pasaba el miedo, ya que no sabía dónde terminaría; si un precipicio, si chocaría contra un árbol o roca… Fueron los segundos más largos de su vida. Debía llevar recorridos un par de centenares de metros como mínimo, y seguía sin detenerse. Al fin, la pendiente se suavizó y comenzó a ir más despacio, lo suficiente para no ver solo follaje a su alrededor y sí una especie de llanura más clareada. Como pudo, consiguió clavar los talones al blando terreno y fue aminorando la caída hasta detenerse completamente antes de llegar a una arboleda. Qué habría sido de él si no hubiera conseguido frenar a tiempo y empotrarse contra el duro tronco de un árbol.

(CONTINUARÁ...)

Pepe Gallego

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5 comentarios:

  1. No contaba con el factor sorpresa del anterior y primer capítulo de este fascinante relato, al igual que tampoco me esperaba la incertidumbre con la que concluyes este segundo; el caso es dejarnos boquiabiertos y con los ojos como platos hasta el último instante.
    La tensión crece por momentos, y la expectación hace mella en tus lectores...

    ¡Vamos a por el tercero!

    Tess.

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  2. Muchas gracias!...Maga, siento no haberlo colgao antes, y espero que el tercero no se haga tanto de rogar. Gracias por leerme!

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  3. Tess, pues para seguir con la incertidumbre, te puedo decir que el tercer capítulo será trepidante...y hasta ahí puedo leer, como decía Mayra Gómez Kemp...jjejejeje
    Muchas gracias por leerme!!

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  4. JGigan.

    Para cuando el tercer capitulo. Este me tiene enganchado. Todo muy bien llevado para no aburrir. Aun siendo una historia ciertamente conocida(varias peliculas con la misma tematica) estoy esperando la tercera parte. Y eso es complicado. De algo ya conocido conseguir que la gente quiera seguir leyendo.

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  5. El tercer capítulo es posible que caiga esta misma tarde-noche, jeje.
    Escribir sobre algo que no se conoce es practicamente imposible porque todo está inventado. Sin embargo, puede uno estrujarse la imaginación para dar una vuelta de tuerca al asunto, tanto en localizaciones como en desarrollo de personajes o argumento. Espero conseguirlo. Gracias por leerme JGigan, es un honor verte por aquí. ;)

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